jueves, 31 de marzo de 2016

MUERTE A LOS DIECIOCHO

S
iento la agonía en mi mente. No puede moverme. Cuando llegue aquí, me sentí muy solo. Tengo una sensación de amargura y solo espero de encontrar un poco de simpatía, pero no puedo hallarla. Veo solo cientos de cuerpos en tan mal estado como el mío. Me han puesto un número y me han colocado en un sitio donde se ve un cartel que dice: ACCIDENTES DE TRANSITO.

E
l día de mi muerte era uno como cualquiera. Como me hubiera gustado haber tomado ese día el bus del colegio. Pero hacia demasiado frio y recuerdo como rogué a mi mama que me prestara el carro. Hazlo como un favor especial, le dije, todos los chicos manejan. Cuando a las tres sonó la campana de salida, guarde mis libros en el pupitre. Era libre, corrí hasta el estacionamiento en el colmo de la excitación: Iba a manejar el carro y a ser mi propio amo. ¡Libre!.






N
o importa como ocurrió el accidente. Yo me sentía radiante, apreté el acelerador y empecé a cometer toda clase de imprudencias. Lo último que recuerdo fue que me apresure en pasar una anciana que conducía con una lentitud desesperante. Oí un ruido atronador y sentí un horrible dolor. Los vidrios volaban a mi alrededor y todo mi cuerpo parecía volteado al revés. Me oía a mismo gritando. De repente me desperté; todo estaba muy tranquilo. Un policía se encontraba a mi lado, luego vi al médico. Mi cuerpo estaba cubierto de sangre. Lo raro era que no sentía absolutamente nada. ¡Por favor no me cubran la cara con esa sabana! No puedo estar muerto, solo tengo dieciocho años y tengo que cumplir
Una cita con mi novia.

L

uego me metieron e n una nevera. Mis padres me identificaron. Por qué me tenían que ver en ese estado? Por qué yo tenía que ver su terrible pena? Por favor que alguien se apiade de mí y me despierte. ¡Sáquenme de aquí! No quiero ver llorar a mis padres en esa forma. Mis abuelos se hayan tan afligidos que caminan con dificultad. Mis hermanos parecen no creer lo que están viendo. ¡Por favor no me entierren!. Yo no estoy muerto. Tengo una vida por delante. Quiero reír y correr de nuevo. Por favor, no me metan en ese hueco en la tierra. Si me dan otra oportunidad, juro por dios que seré el más prudente de los conductores. No más que otra oportunidad ¡por favor Dios mío, sólo tengo dieciocho años!

viernes, 4 de marzo de 2016

EL ARBOLITO DE LA BUENA ONDA


Medite
Vaya a caminar. Sonríales
a todos. Haga un árbol familiar. Cuente
Las estrellas. Mime a todos los que ama. Llame a sus
Por teléfono. Dígale a alguien “te quiero mucho “.
Hable con Dios. Sea un niño otra vez. Salte cuerda. Borre
La palabra rencor. Diga que sí. Ríase. Lea un libro. Pida ayuda.
Corra. Cumpla sus promesas. Cante una canción. Anote los cumpleaños.
Ayude a un enfermó. Salga a divertirse. Cambie su peinado. Sea voluntario
Piense. Devuelva un favor. Termine un proyecto. Rompa un habito. Dese un baño
De espuma. Escriba una lista de cosas que hace bien. Visite a un hermano.
Sueñe despierto. Apague el televisor y hable. Permita equivocarse. Devuelva
Amabilidad. Escuche los grillos. Agradezca a dios por el sol. Acepte un cumplido.
Perdónese. Deje que alguien lo cuide. Muestre su felicidad. Aprendo algo que siempre deseo.
Tóquese la punta de los pies. Mire una flore con atención. No diga no puedo por un día.
Cante en la ducha. Viva cada minuto de la mano de dios. Empiece una tradición
Familiar, haga un picnic en su patio. Por hoy no se practique
El coraje de las pequeñas cosas. Ayude a un anciano del barrio. Aliente
A un niño. Mire fotos viejas. Escuche a un amigo. Imagine las olas del mar
Juegue con su mascota. Permítase brillar
Dese una palmada en la espalda. Grite
Por su equipo favorito. Pinte
Un cuadro. Salude a
Un nuevo vecino
Haga un pequeño
Cambio. Delegue
Tareas. Hágale
Sentirse bien-
Venido a alguien
Permita que alguien lo
Ayude. Sepa que no está solo. Hágase un regalo.

Comprométase a vivir con pasión, nada grande se logra sin ella